Autor: Xián Henrique de León
21 de enero de 2023
Nos encontramos en las estanterías de las librerías libros que, directa o indirectamente, hacen referencia a la comunicación no verbal. Asistimos a cursos de oratoria, técnicas de ventas, gestión de conflictos, etc. donde en el temario se hace referencia a “recursos de comunicación no verbal” y siempre, con el objetivo de que el mensaje “llegue de forma más certera” a nuestro interlocutor. Cada día es más frecuente leer juntas palabras como coaching, mentoring, management, negociación o liderazgo con “comunicación no verbal».
¿Qué es realmente la comunicación no verbal?
La primera definición que encontramos al hacer la consulta en un ordenador es aquella que nos indica que “La comunicación verbal es todo aquello que expresamos a través de las palabras, mientras que la no verbal es la información que transmitimos a través de los gestos y del lenguaje corporal”. Una definición que inicialmente se nos queda, cuando menos, corta.
Debemos dejar claro como punto de partida que el estudios de la comunicación no verbal no es un arte, ni se basa en experiencias personales vividas por uno en su “dilatada experiencia profesional” ni se trata de un “a mi me funciona bien esto por lo que debe ser así en todos los casos presentes y futuros del resto de personas”. La comunicación no verbal es una disciplina científica y como tal, está basada en estudios científicos en continua evolución. Inicialmente la investigación de la comunicación no verbal era el fruto de cinco disciplinas diferentes como son la Psicología, la Psiquiatría, Sociología, Antropología y la Etología aunque, en la actualidad, nos llegan también estudios desde otras disciplinas como la educación, economía o lingüística.
¿Cómo definen los expertos la comunicación no verbal?
El antropólogo Edward Sapir escribió:”Respondemos a los gestos con especial viveza y se podría decir que conforme a un código que no está escrito en ninguna parte, que nadie conoce pero que todos comprendemos”.
El caricaturista Gorege du Maurier dijo en su día que “El lenguaje es una cosa muy pobre. Se llenan los pulmones de aire, vibra una pequeña hendidura en la garganta, se hacen gestos con la boca, y eso estremece el aire; y el aire hace vibrar, a su vez, un par de membranitas en la otra cabeza … y el cerebro capta toscamente el mensaje ¡Cuántos circunloquios y qué pérdida de tiempo…!».
Esta definición del lenguaje de Gorege du Maurier sirvió de introducción a Flora Davis en su libro “La comunicación no verbal” publicado en 1976 para describir lo que podríamos definir como una definición de lo que es la comunicación no verbal: “Y así podría ser, si las palabras lo fueran todo. Pero son sólo el comienzo, porque detrás de ellas está el cimiento sobre el cual se construyen las relaciones humanas: la comunicación no verbal. Las palabras son hermosas, fascinantes e importantes, pero las hemos sobreestimado en exceso, ya que no representan la totalidad, ni siquiera la mitad del mensaje. Más aún, como sugirió cierto científico: -Las palabras pueden muy bien ser lo que emplea el hombre cuando le falla todo lo demás-”.
Mark L. Knapp publica en 1980 su libro “La comunicación no verbal. El cuerpo y el entorno” y en él encontramos la siguiente definición: “Comúnmente se utiliza el término no verbal para describir todos los acontecimientos de la comunicación humana que trascienden las palabras dichas o escritas … La comunicación no verbal no debería estudiarse como una unidad aislada, sino como una parte inseparable del proceso global de comunicación. Puede servir para repetir, contradecir, sustituir, complementar, acentuar o regular la comunicación verbal. Es por otro lado, importante debido al papel que desempeña en el sistema total de la comunicación, la tremenda cantidad de señales informativas que proporciona en toda situación particular, y a que se la utiliza en áreas fundamentales de la vida cotidiana”.
Fernando Poyatos, en su obra de 1994 “La comunicación no verbaI” nos indica que por su enfoque interdisciplinar ha tratado de definir la comunicación no verbal como: “las emisiones de signos activos o pasivos, constituyan o no comportamiento, a través de sistemas no léxicos somáticos, objetuales y ambientales contenidos en una cultura, individualmente o en una mutua coestructuración. Esta definición se basa en el hecho de que tanto nosotros, seres socializantes, como el ambiente natural, modificado o construido que nos rodea, estamos emitiendo constantemente signos no verbales; por eso la interdisciplinaridad de los estudios de comunicación no verbal responde a su misma naturaleza y abarca, además de los mencionados, campos como la arquitectura, jardinería, medicina, enfermería, comercio, turismo, publicidad, psicoterapia, educación, literatura, teatro y cine, pintura, fotografía, decoración interior y diseño de mobiliario, el vestido y su uso, cosmética y perfumería, deportes, etc. …”.
Ya más cercanos en el tiempo, otros expertos en comunicación no verbal han puesto también su huella en la árdua tarea de definir lo que es la comunicación no verbal.
Sergio Rulicki, en su obra de 2007 “Comunicación no verbal”, hace referencia a lo que es la comunicación no verbal: “Los gestos, las posturas, las miradas, los tonos de voz y otros signos y señales no-verbales constituyen un lenguaje complementario al de las palabras, con el que nos comunicamos en forma constante. El conjunto de estos elementos -y también la disciplina que los estudia- reciben el nombre de comunicación no-verbal (CNV). En cualquier encuentro y conversación la CNV expresa el complejo mundo afectivo compuesto por emociones, sentimientos y estados de ánimo. Refleja cómo se sienten las personas y también manifiesta la marcha de los procesos cognitivos relacionados con la atención, la memoria y la imaginación”.
Joe Navarro, en su best seller de 2008 “El cuerpo habla”, define la comunicación no verbal como ”un medio de transmisión de información, al igual que la palabra hablada, que se lleva a cabo a través de expresiones faciales, gestos, contacto (háptica), movimientos físicos (cinésica), posturas, ornamentación corporal (ropas, joyas, peinado, tatuajes, etc.), e incluso tono, timbre y volumen de voz (más que el contenido hablado)”.
Miles L. Patterson, en su libro publicado en 2011 “Más que palabras. El poder de la comunicación no verbal” nos ofrece la siguiente definición: “La comunicación no verbal es el envío y/o la recepción de información e influencia a través del entorno físico, la apariencia física y la conducta no verbal”.
Teresa Baró en el año 2012 publica el libro “La gran guía del lenguaje no verbal” y en él nos presenta la siguiente definición de comunicación no verbal: “Cuando hablamos de comunicación no verbal nos referimos a un espectro de lenguajes que incluye la gesticulación y el movimiento del cuerpo, entre los más conocidos. En muchos casos, se utilizan como sinónimos los términos -comunicación no verbal- y -lenguaje corporal-. Pero la comunicación no verbal es un término más amplio que también comprende la conducta táctil, el uso del entorno y del espacio personal, todos ellos relacionados con el concepto de territorialidad, tan importante en el comportamiento humano. También el papel de nuestro aspecto en las relaciones es un tema que afecta a la comunicación no verbal pues, a través de él, informamos al mundo de nuestra personalidad, aspiraciones, origen, profesión o actitud”.
Sonia El Hakim, en su libro “Código no verbal” del año 2021 se refiere a la comunicación no verbal como “todo aquello que comunica y no es verbal” “Es una definición por descarte: lo que no es verbal es no verbal. Parece un juego de palabras. Pero, realmente esta definición es la que mejor abarca todo lo que estudiamos en la comunicación no verbal”.
Continúa la autora haciendo referencia a David Matsumoto y a su división de la comunicación no verbal en cuatro categorías: El entorno, la apariencia y las características físicas, las huellas de comportamiento y el comportamiento no verbal.
Como podemos apreciar, muchas son las definiciones que encontramos de comunicación no verbal; tantas como autores, y aunque no hay una definición universalmente aceptada, sí podemos sacar unas conclusiones sobre qué es y qué abarca la comunicación no verbal:
- La comunicación no verbal es una disciplina científica que se basa en la investigación y en estudios realizados tanto de campo como en laboratorio.
- En torno a ella aparecen pseudociencias y publicaciones sin ninguna base científica que suelen centrarse en el cuerpo, creando manuales de fácil aplicación de lo que significa cada gesto o expresión facial; siendo, cuando menos, poco precisos y engañosos. En la comunicación no verbal influyen muchos más factores que un gesto, una postura o una expresión facial concreta.
- Tenemos que analizar todas las variables en su conjunto. Una variable por sí sóla no valida una conclusión.
- Complementa a la comunicación verbal pudiendo llegar a sustituirla en momentos donde la verbal no es capaz de alcanzar a su interlocutor.
- Sirve para repetir, contradecir, sustituir, complementar, acentuar o regular la comunicación verbal.
- A diferencia de la comunicación verbal que sólo existe cuando se habla, la comunicación no verbal siempre está activa. También comunicamos mientras escuchamos a nuestro interlocutor con nuestro silencio, nuestra postura, expresión, vestimenta, adornos, peinado, tatuajes, etc.
- Nuestro aspecto físico, personalidad, cultura, y entorno influyen en nuestra comunicación no verbal.
- Es automática y, en muchas ocasiones no somos conscientes de que la estamos realizando.
- Nuestro historial en redes sociales, el aspecto de nuestra oficina y casa, recuerdos de viajes, fotografías, etc. forman también parte de nuestra comunicación no verbal.
En 1952 Birdswhistell escribió en “Introduction to Kinesics”: “El hombre es un ser multisensorial. Algunas veces verbaliza». Hoy podríamos decir:
“El hombre es un ser multisensorial con su historia y su cultura. Algunas veces verbaliza”.
CRÉDITOS:
Foto 1: Foto de Julia M Cameron: https://www.pexels.com
Foto 2: Foto de Adrienn: https://www.pexels.com