Entrevista: Susana Saavedra
8 de mayo de 2021
Emma Rodero es investigadora y profesora titular en el Departamento de Comunicación de la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España) donde dirige el Media Psychology Lab. En este laboratorio, aplica técnicas de medición fisioógica para conocer cuáles son las estrategias comunicativas más efectivas para hablar en público. Además, es la directora del Laboratorio de Comunicación (CCLab) de la UPF-Barcelona School of Management donde se encarga de trabajar las competencias comunicativas de estudiantes y profesionales. Es Licenciada en Periodismo, Doctora en Comunicación, Doctora en Psicología, Especialista en Patología de la Voz y Especialista en Psicología de la Cognición. Lleva 25 años investigando la voz y la comunicación no verbal y ha realizado investigaciones en las universidades de Indiana y de California (UCLA) en Estados Unidos. Es autora de más de doce libros y cerca de setenta artículos científicos sobre la comunicación oral, la voz, el sonido y la radio. En la UPF imparte la asignatura Oratoria y también ha creado el Minor de Oratoria. Además, acumula más de una década de experiencia como locutora de radio, de documentales y publicidad. Ha recibido premios por varios programas de radio.
(transcripción de la entrevista en audio)
Parte de su reconocida investigación se centra en el impacto que la voz y la prosodia de una persona tiene en su comunicación no verbal. ¿Podría explicar a nuestros lectores qué cualidades tiene la voz y qué es la prosodia?
Bueno, yo siempre cuando hablo de voz diferencio entre las dos principales partes que me sirven para explicar qué es la voz y cómo manejarla. Evidentemente son dos partes que cuando uno habla en el mundo real no se pueden dividir, porque cuando hablamos lo hacemos todo al mismo tiempo, pero desde un punto de vista teórico, y sobre todo para trabajarla, esta distinción me ayuda bastante. Siempre diferencio entre dos partes: una parte que es el instrumento y otra que es la manera de trabajar ese instrumento, que en este caso sería la manera de manejar la voz. En la primera parte tenemos la voz como instrumento, es decir, “la guitarra” por poner un ejemplo; podemos tener una magnífica guitarra pero no saberla tocar. En este caso tenemos que trabajar ese instrumento, tenemos que afinarlo y para hacerlo podemos trabajar con las cuatro cualidades que tiene la voz. Estas cualidades son el tono, el timbre, la intensidad y la duración.
La intensidad y la duración dependen de la respiración y son muy fáciles de explicar: la intensidad es el volumen de la voz (el hablar más alto o más bajo). La duración es la velocidad de habla, que también es muy fácil de entender (“yo puedo hablar más lento o puedo hablar más rápido”).
Después tenemos el tono de la voz que es la cualidad que emana de nuestras cuerdas vocales que están situadas dentro de la laringe. En su vibración emiten un determinado sonido con una frecuencia determinada. Es esa frecuencia la que nos da el tono de la voz que puede ser más agudo o más grave.
Por último, tenemos el timbre. El timbre es una dimensión un poquito complicada de explicar. Es el sonido resultante de todas las modificaciones que se producen tanto en el tracto vocal como en la parte articulatoria; es decir, es el sonido resultante final de nuestra voz, “nuestra huella sonora”; por ejemplo, es lo que hace que mi madre cuando la llamo por teléfono sepa que soy yo. El timbre tiene mucho que ver con la modificación de los órganos de articulación (es decir, con los órganos que tenemos en la cara tales como la boca, la lengua, los labios).
Bueno, esto sería el instrumento. Nosotros lo que trabajamos en la primera parte de la formación es precisamente ese instrumento, esas cualidades por separado para poderlas manejar de manera clara, expresiva, etc. para sonar más expresivos.
Después, una vez que ya hemos afinado el instrumento, nos vamos a la segunda parte. Como decía antes, de nada sirve tener un buen instrumento si no sabes tocar una canción, porque al final lo que la gente quiere es escuchar una canción, no quiere saber como tú afinas un instrumento. Aquí está el alma de todo y “la madre del cordero” como decimos en mi tierra. Ahí está lo que se llama prosodia lingüística, que no es más que todos esos rasgos que se llaman suprasegmentales, es decir, que afectan a una parte más importante que el segmento, que la entonación, por ejemplo, toda esa parte que nos ayuda a tocar esa canción. Aludiendo al paralelismo de la canción es muy fácil de entender; la canción también tiene una entonación, que sería la melodía; la canción también tiene un ritmo, que serían esos cambios que se producen de velocidad de habla y de pausas y también tiene unos incisos… etc.
La prosodia es la melodía de la voz, cuando nosotros ponemos en marcha todas esas cualidades de la voz lo que obtenemos precisamente es la prosodia. Yo siempre digo así, muy sencillo y muy claro, la prosodia es por lo que me entiende mi perro, o por lo que te entiende un bebé que no sabe hablar todavía y no tiene claras las palabras. Pero sí que suena una melodía con un determinado ritmo y eso es al final lo que se percibe y eso es la prosodia.
En su magnífica y didáctica charla TEDx, que ya ha superado los tres millones de visualizaciones, nos explica qué características de nuestra voz nos hacen sonar creíbles y convincentes al hablar. Emma, ¿nos podría indicar qué hacer para que nuestra voz suene más creíble, convincente y persuasiva?
No hay fórmulas mágicas; evidentemente tenemos muchos estudios sobre ello, pero como todo en la comunicación no verbal, tal y como vosotros también sabéis, la comunicación no es “sota, caballo y rey”, no es “dos más dos son cuatro” y depende siempre mucho del contexto y de muchos otros factores, pero en líneas generales, nuestros estudios lo que nos indican es que para ser creíble, convincente y persuasivo, necesitamos: primero utilizar una intensidad que sea enérgica (aclaración: “no es gritar”); a la gente no le gusta que le grites, no le gusta las voces chillonas, eso no agrada y eso no es persuasivo ni creíble. Es una intensidad enérgica en el sentido de que cuanto más enérgico es el volumen que tú utilizas, más seguro pareces. La gente que es insegura, que es tímida utiliza una intensidad bajita porque le da miedo. Pero eso no implica llegar al grito; se trata de una intensidad entre media y alta, para que llegue perfectamente, eso haga que, y este es un punto muy importante, la gente no tenga que esforzarse por escucharte; si la gente tiene que hacer el más mínimo esfuerzo por entenderte va a dejar de prestarte atención, por tanto, eso es importante. Y, en segundo lugar, tienes que sonar alto porque de esa manera revelarás más seguridad cuando hablas. Tanto en personalidad como en emociones, cuando estás aburrido o triste o si uno es introvertido usa un volumen bajo al hablar.
En el caso de la duración (o velocidad), sí que hemos visto en varios estudios que hemos hecho, que refuerzan otros que también se han hecho en otros ámbitos; nosotros hemos hecho estudios de velocidad aplicados a las noticias en TV, aplicados a la publicidad. Todos ellos vienen a reforzar a otros estudios realizados en otros ámbitos (político, de la personalidad etc..). Y todos ellos indican que las personas que son consideradas más inteligentes, las que son percibidas como más creíbles y eficaces son aquellas que utilizan una velocidad tendente a rápida. Esto es un poco lo mismo que con la intensidad, es tendente a rápida. No es rápida, no se trata de que hablemos como una “ametralladora”, porque si hablas así pones nerviosa a la persona que tienes delante y además produce problemas de comprensión, como es lógico ya que no da tiempo a procesar lo que se está diciendo. Por tanto, es tendente a rápida; ¿qué significa tendente a rápida? Nosotros lo hemos cuantificado en un 25% más rápida que la velocidad normal de habla, que suele estar en 150 palabras por minuto; por tanto, nosotros hemos encontrado que la velocidad óptima donde se produce un mejor procesamiento cognitivo, es decir, las personas atienden más y comprenden mejor es en 180 palabras por minuto. Pero, como decía antes también, y esto siempre lo tenemos que tener en cuenta, como bien sabéis en toda la comunicación no verbal, todo depende del contexto; con lo cual en líneas generales esa sería la respuesta, pero todo depende…
Hemos hecho un estudio en el que hemos visto que si yo, por ejemplo, lo que estoy diciendo es un texto que es muy complicado, es decir, si la densidad informativa es muy alta, por tanto, hay una complejidad alta en el contenido de lo que digo, entonces la velocidad tiene que bajar; ya no serían 180 palabras por minuto, son alrededor de 160-170. Si el texto es muy sencillo, muy fácil de procesar en este caso la velocidad puede incrementarse a 190 palabras por minuto incluso. Con lo cual, “todo depende” como decía la canción…y debemos de tener siempre en cuenta el contexto y otros factores, ya que evidentemente en la comunicación no verbal todo se está produciendo al mismo tiempo y todos los elementos están influyendo unos con otros. Y esto es precisamente lo que hemos visto en un estudio reciente que hemos hecho: esa interconexión que existe y cómo los elementos se van ajustando en función de los distintos parámetros.
El tono, grave. En todos los estudios ha salido así. Todos los estudios dicen que para parecer más creíble y seguro es el grave. Se han hecho un montón de estudios, incluso estudios con mujeres en Tanzania, ya no es una cuestión cultural, sino que es una cuestión muy básica y primitiva del propio ser humano. Las mujeres entienden que el hombre que tiene una voz más grave es el hombre con el que más posibilidades tiene de perpetuar la especie, porque tiene más testosterona y por otros muchos más factores, con lo cual ellas prefieren también el tono grave. Nosotros lo hacemos de manera inconsciente, no es que conscientemente pensemos que ese hombre tiene más testosterona, es algo inconsciente. Además, las voces más agudas nos suenan más infantiles y también inseguras. Es por esto por lo que las voces graves producen una mayor seguridad y credibilidad y son percibidas como personas más inteligentes. En el último estudio que hemos hecho esto es muy claro; y también lo hemos demostrado con investigación psicofisiológica donde hemos mostrado cómo se producen cambios en el cuerpo que son más fuertes en el caso de la voz grave. La voz grave produce una mayor atención, evidentemente medida con ritmo cardiaco, y por supuesto, también, produce una mayor activación emocional, es decir, la respuesta emocional es mucho más intensa, la respuesta del sistema nervioso autónomo es más elevada cuando escuchamos una voz grave que una voz aguda.
En cuanto al timbre, necesitaríamos un timbre abierto, que se consigue abriendo bien la boca y articulando correctamente. Que los sonidos se entiendan perfectamente, que seas inteligible, pero además que haya una buena resonancia vocal, que la voz suene bien y para ello tenemos que abrir la boca y si podemos también sonreir, que es muy bueno en comunicación no verbal y que, además, refuerza el último estudio que te he comentado en el que todos los actores presentes en el estudio que sonreían fueron los mejores valorados desde el punto de vista de la efectividad comunicativa y desde el punto de vista de la credibilidad, o sea, que esa sonrisa también funciona.
Además de doctora en Comunicación es usted doctora en Psicología. Una de las líneas de su investigación se centra en el procesamiento cognitivo y emocional. ¿Es posible a través de nuestra voz estimular la atención y el recuerdo de nuestro oyente? De ser así, ¿cómo conseguirlo?
Sí, por supuesto. En el Media Psychology Lab. lo que hacemos precisamente es eso. Medimos el procesamiento cognitivo y emocional, las respuestas fisiológicas que tienen las personas cuando escuchan determinadas voces y estilos de habla, y comunicación no verbal también en el sentido de gestos, posición de cuerpo etc…; pero sobre todo voz. Y sí, evidentemente es posible estimular la atención y el recuerdo de nuestro oyente.
¿Cómo es posible estimular la atención? Pues, básicamente produciendo cambios, variaciones vocales que tienen que ver con cambios en el tono de la voz, con cambios por supuesto en la entonación. La entonación no es más que la suma de los tonos que producimos al hablar, por tanto, están íntimamente ligados. Así que es importantísimo que la entonación sea melódica, que sea cambiante; eso es lo que hemos demostrado también en algunas investigaciones exclusivamente analizando la entonación. La entonación tiene un papel fundamental; yo siempre digo que es el secreto de todo, es el camino a nuestro corazón y a nuestra alma, es la que nos liga con nuestro corazón y nuestra alma. Así que, quien sabe dominar la entonación, lo tiene todo en ese sentido. Si quieres ganarte la atención del público, tienes que dominar la entonación, ese es el secreto de todo. Y esto no es fácil de hacer, básicamente porque la mayoría de la gente no recibe formación en entonación, y no sabe qué hacer con la entonación; con lo cual o, punto uno, son muy monótonos, lo cual es todo lo contrario para conseguir la atención de alguien, y hemos demostrado en muchos estudios que la monotonía es el peor defecto que puede tener un orador; lo peor del mundo para un hablante es ser monótono, esto no lo olvidemos nunca porque hay una caída en picado de la atención, y sin atención, no hay comprensión ni recuerdo, así que no tenemos nada. Por tanto, variaciones de entonación importantísimo.
Pero también, punto dos, importantísimo variaciones de ritmo. La gente cuando habla en público o cuando hay mucha gente tienden a hablar de manera “robótica”, nos convertimos en robots en todos los sentidos, por ejemplo, también en la parte de la comunicación con gestos etc…; de repente te pones delante de un escenario y la gente se convierte en un robot, despojado de alma por completo, donde no hay gestos, no hay cambios de voz etc… Y el ritmo es una de las cosas que se afectan más fácilmente; la gente tiende a hablar todo el rato de la misma manera, con la misma velocidad, y eso evidentemente “Alexa” y los demás “smart speakers” lo hacen muy bien, pero si nosotros somos humanos, ¡hagámoslo humano!; así que no hacer variaciones en el ritmo sería lo contrario.
¿Cómo estimular, por tanto, la atención? La atención funciona siempre por variación; así que necesitamos siempre variaciones tonales, necesitamos variaciones rítmicas en velocidad de habla, variaciones de intensidad, por supuesto, y cambios. Y así, en el momento que tengamos más atención, el recuerdo se va a ver favorecido. Tenemos que saber aplicar esos patrones cuando estamos hablando, para discernir qué es lo importante, dónde quiero llamar la atención y dónde estoy diciendo la parte importante de la frase para favorecer el recuerdo.
Eso es muy claro, y tenemos un estudio para ello en el que demostramos precisamente eso. La entonación tiene una parte de llamada de atención, es decir, el tono agudo es el que reclama la atención, por tanto, es importante que el inicio de una frase sea en tono agudo para llamar la atención; mientras que la parte fundamental del mensaje debe ir en tono grave para mostrar precisamente que esa es la parte principal del mensaje. Cuando el oyente percibe que existe esa diferenciación entre lo importante de la frase y lo accesorio (insisto lo importante siempre va en grave y lo accesorio siempre va en agudo) es capaz de discernir dónde están las partes importantes de esa información, y, por tanto, quedarse con ellas, y eso es lo que favorece el recuerdo. Así que, no solamente hay que saber hacer esas variaciones, sino saber dónde aplicarlas y qué significan lingüísticamente hablando, porque si no lías al oyente.
Una de las muchas sabias frases de Galeano dice: “La voz es el espejo del alma ya que todo lo que acontece en la mente y el corazón del individuo se filtra en la voz”. Nuestras emociones influencian claramente el sonido de nuestra voz. ¿Es posible lo contrario, podemos mediante nuestra voz modificar nuestro estado emocional?
Pues sí, de la misma manera que lo podemos hacer de manera postural, es decir, con los cambios en nuestro cuerpo. También el hecho de modificar la manera de hablar cambia nuestro estado emocional. Hay un fenómeno muy interesante que se llama fonomímesis, que es el tender a mimetizarnos por las neuronas espejo con la persona que tenemos delante. Y lo mismo ocurre con nosotros mismos. Si alguien quiere animarse, que vaya a hablar con una persona que está animada y, poco a poco, si no está muy desanimado, tenderá a mimetizarse con esa manera de hablar y, por tanto, el estado emocional cambiará.
En marzo de 2016 dio usted una conferencia en Radiodays Europe titulada “Dime cómo hablas y te cuento cómo me siento”. ¿Podría explicarnos cómo nuestra voz afecta a las emociones de nuestros oyentes?
Afecta de muchísimas maneras porque, al final, nuestra voz está expresando nuestro estado interior, lo que nosotros sentimos y lo que nosotros pensamos, las dos cosas; y, además, refleja nuestra personalidad, es decir, nuestra voz es esa huella personal. Yo siempre digo que los seres humanos tienen una imagen física y una imagen auditiva, y esta última tiene mucho que ver con la voz y cómo la utilizamos. Entonces, el cómo hablemos hará que las personas sientan unas cosas u otras, porque, como he dicho antes en la entonación, hay mucho de emoción y todo se transmite a través de ahí; con lo cual, insisto, dependiendo de cómo hables tú vas a configurar a través de las cualidades de la voz una emoción u otra.
En la charla Ted y en las clases siempre utilizamos la “caja de voz”; dependiendo de cómo configures esa caja de voz, la emoción que saldrá de ahí será diferente, y si, por ejemplo, queremos transmitir alegría evidentemente tenemos que configurar la disposición con una intensidad alta, con una velocidad rápida, con un tono más bien agudo y con un timbre abierto. Si yo hago esa configuración sonara, al final la gente sentirá la alegría que yo estoy transmitiendo.
Uno de sus proyectos de investigación trata de cómo las variaciones de la prosodia pueden mejorar la respuesta cognitiva y la interacción comunicativa entre los pacientes con Alzheimer y sus cuidadores. Emma, cuéntenos más sobre este interesante proyecto.
Sí, la verdad es que es un proyecto muy interesante donde ponemos de manifiesto la importancia de la manera de hablar a los pacientes con Alzheimer. ¿Por qué es importante cómo comunicar con los pacientes de Alzheimer? Pues, básicamente porque, como sabemos tienen problemas con el recuerdo, pero también normalmente no tienen un estado de ánimo muy alegre, por así decirlo, se enfadan con mucha facilidad y, además, tenemos el añadido de que no recuerdan las cosas; por eso es tan importante la manera en la que les hablamos, es una manera de hablar en la que nosotros debemos de tener más paciencia etc… Pero, bueno, básicamente lo que estamos haciendo en este estudio es precisamente saber cuáles son los parámetros vocales que tenemos que utilizar para favorecer su atención, para que atiendan más a lo que se les está diciendo.
Daos cuenta que para un paciente de Alzheimer es muy importante que siga al pie de la letra lo que le estás diciendo, que te atienda cuando le estás explicando algo. Con lo cual queremos saber de qué manera, con qué tono, con qué intensidad, con qué velocidad, qué entonación es la más adecuada para que presten más atención. La atención de un paciente de Alzheimer es difícil de conseguir y, por eso, es importante saber con qué parámetros conseguimos esa mayor atención. La idea es ver la importancia de hablarles de una manera determinada o de otra y cuáles son en este caso los parámetros que funcionan mejor de cara a la atención, y de cara a conseguir también una respuesta emocional más positiva para que no se enfaden tanto, tener un poquito más de tacto con ellos.
La pena del proyecto es que, claro, al ser pacientes de Alzheimer son mayores de 65 años. Ya hemos hecho la primera parte de la investigación en la que hemos entrevistado a sus cuidadores, los cuales nos han dicho y reconocido la importancia de la comunicación con ellos y la importancia del cómo se les hablan. Con los cuidadores hemos analizado, y ya tenemos los resultados, los parámetros que ellos consideran que les funcionan mejor cuando hablan con los pacientes de Alzheimer. Pero la segunda parte de la investigación la hemos tenido que paralizar por el Covid-19. Las residencias de Alzheimer están o han estado cerradas y eso nos ha impedido hacer la segunda parte del estudio, que sí que es medir la respuesta fisiológica de estos pacientes cuando se les ponen distintas instrucciones de sus cuidadores y ver cuáles son esos parámetros que funcionan mejor de cara a la atención y de cara a la respuesta emocional. Eso es lo que no hemos podido hacer de momento, y lo tenemos paralizado a la espera de que la situación de crisis sanitaria mejore, y nos permita seguir con el proyecto.
Esperemos que esta pandemia por el bien de todos acabe; pero, como mínimo entiendo que al ser pacientes de riesgo hasta el año que viene no creo que podamos retomar el estudio. Pero bueno, de momento tenemos esos resultados que indican que todos estamos de acuerdo en que la manera de comunicar es muy importante cuando trabajamos con pacientes con este problema o con deficiencias cognitivas.
Además de investigadora es usted profesora de habilidades comunicativas, e imparte formaciones de comunicación oral, locución, entonación… ¿Podría indicarnos, de manera sucinta, qué factores posibilitan una buena técnica vocal? ¿Qué podemos hacer, si por los nervios al hablar en público, nos tiembla la voz?
En cuanto a técnica vocal, esa es la parte del instrumento. Siempre trabajamos, insisto, esas dos partes, como decía al principio de la entrevista, el instrumento y la parte de la prosodia; y en este caso empezamos con el instrumento y dentro del instrumento, además de las cualidades vocales, trabajamos la técnica vocal. En cuanto a técnica vocal es más fácil encontrar formación, más fácil encontrar recursos, que lo que tiene que ver con la entonación que es complicada.
En el caso de la técnica vocal lo más importante básicamente es la respiración. Sabemos que la respiración es clave, es la base de la voz. La gente no le concede importancia porque piensa que la respiración es una cosa y la voz es otra y que no tienen nada que ver; piensan que o respiran o hablan, pero que las dos cosas como que no… y no existe esa conciencia de que están unidas. Por eso, a la gente le da un poco igual esto y cuando les hablas de la respiración le suena a chino. Pero, la respiración es la base de la fonación y es muy importante; y de hecho, hay estudios que dicen que un 60-70% de las patologías de voz se producen por una incorrecta respiración; y, muy a menudo, yo me encuentro con eso; yo no trato patologías vocales, no soy psicóloga ni logopeda clínica, pero sí tengo un máster en patología de la voz y sé diferenciar los tipos de patologías; y enseguida que veo a alguien que respira de manera no plena, no diafragmática, que no tiene un buen apoyo vocal, pues ya sabemos que es “carne de cañón”, y esto es muy común entre los profesores.
Así que la buena técnica vocal pasa, en un primer lugar, por una correcta respiración, una respiración diafragmática en este caso. Y también, en segundo lugar, hay una cosa que la gente olvida. Porque mucha gente me dice, vale muy bien, pues hacemos yoga y mindfulness; y eso está muy bien además para relajarnos, y ahí sí que aprendes técnica vocal; o, por ejemplo, también los actores aprenden técnica vocal y respiración diafragmática. Pero, no sirve solo con eso, porque no se trata de respirar sin más, se trata de respirar y hablar. Es ahí donde entra lo que se llama coordinación fonorespiratoria. Yo siempre digo “no hagas un curso de técnica vocal donde te enseñan a respirar y punto”; sí, esa es la primera parte del entrenamiento, pero después no sabrás cómo aplicar esa respiración coordinada con la fonación, que es lo importante; y por eso, la segunda parte del entrenamiento tiene que ver con la coordinación fonorespiratoria.
También el cuidado de las propias cuerdas vocales, el que no haya lo que se llama “golpes de glotis”, que no estemos utilizando un tono de voz que no nos corresponde, que también ocurre, que no se produzcan tensiones en el cuello etc…
Y, por último, en la técnica vocal es importante la articulación y la resonancia; es decir, que nuestra voz resuene bien, que los órganos de las cavidades superiores estén bien colocados para tener una correcta resonancia.
Por tanto, digamos que tenemos realmente tres partes que afectan a los tres mecanismos por los cuales se produce la voz, que serían el respiratorio, el fonatorio y el articulatorio o resonador. Hay que trabajar cada uno de esos tres mecanismos, y es ahí donde yo siempre he adscrito las 4 cualidades de la voz: al respiratorio la intensidad y la duración; al fonatorio el tono; y al articulatorio o resonador el timbre. Y ahí es cómo trabajamos todo el modelo.
¿Qué podemos hacer si por los nervios al hablar en público nos tiembla la voz? Respirar bien. La voz tiembla porque hay un incorrecto apoyo respiratorio, ya está, no hay más. Lo que los nervios producen es ese incorrecto apoyo sobre la respiración; así que lo que tenemos que hacer es saber respirar de manera correcta, que como he dicho antes, es la primera parte de una buena técnica vocal, tener una buena respiración diafragmática y, además, una buena coordinación fonorespiratoria. Esto nos va a ayudar mucho a la hora de evitar los nervios al hablar en público. Y, también siempre digo, habla por encima o más alto que tus nervios. ¿Y cómo hablar más alto? Cuanta más intensidad utilizas, cuanto más fuerte es el apoyo sobre la respiración, eso hará que se perciba a la persona como menos nerviosa.
Debido a la actual situación de la pandemia por COVID-19 es necesario el uso de mascarillas como medida preventiva para evitar los contagios. ¿Cómo se ve afectada nuestra voz al llevar mascarilla y qué consejos podría darnos para mejorar esta situación?
Tengo un vídeo donde explico todo esto. Se ve afectada sobre todo la intensidad de la voz (el volumen), se produce un recorte de decibelios bastante importante, en el caso de las mascarillas ffp2 o ffp3 incluso de 12 decibelios en la voz; así que el primer consejo más importante de cara a llevar mascarilla es por supuesto el incrementar la intensidad, es decir, hablar más alto, no hay mucho más. Al hablar más alto tenemos que llevar aparejado otra cualidad importante del timbre de la voz que sería una articulación más exagerada de la que utilizamos habitualmente, pronunciar más, hacer un mayor esfuerzo articulatorio, porque si no no nos van a entender nada. Si no subimos un poquito el volumen de la voz y lo acompañamos de una mejor articulación vamos a tener problemas para que nos entiendan.
Es importantísimo entender que no nos están viendo la boca, y que cuando las personas nos ven la boca, y hay también muchos estudios sobre ello, la comprensión se mejora. Yo entiendo mucho mejor a una persona cuando le veo la boca, cuando le tengo delante, me está hablando y le veo la boca. El hecho de no ver la boca no solo implica un descenso de decibelios sino también un descenso en la inteligibilidad, es decir, que voy a tener más problemas para comprenderte; por eso, es importante que la articulación sea más exagerada, que haya un mayor esfuerzo articulatorio. Junto a ello, por supuesto, hay que hablar más lento, porque una articulación más exquisita implica que tengo que ir más lento. Si voy muy rápido no puedo articular correctamente, los órganos no se van a colocar correctamente en cada uno de los fonemas que estoy diciendo, en cada una de las palabras que estoy expresando, y por eso es importantísimo descender la velocidad de habla en este caso también. Hablar más lento, más articulado y más alto.
Y, por último, si podemos subir un poco el tono de la voz (a más agudo) pues también nos van a entender un poco mejor, porque si usamos un tono más grave se queda más dentro. Con un tono un poco más agudo del habitual conseguimos proyectar más la voz, con una intensidad más alta, con una articulación más esmerada y una velocidad más lenta.
Y, además, evidentemente hemos de entender que no nos están viendo y que tenemos que utilizar también otros recursos, porque no se nos ve la boca. En este sentido yo siempre digo que podemos reforzar el mensaje con gestos con las manos, con la cara o incluso con los ojos. Si uno sonríe bien, esto afecta a la expresión de los ojos y los demás lo van a percibir, aunque la boca esté cubierta por una mascarilla.
Otro aspecto importante a destacar de cara sobretodo, por ejemplo, a profesores que dan clases con mascarilla es que hay que utilizar otro tipo de soportes, como los escritos, tal como una pizarra, o presentaciones, también enseñar objetos. Y sobretodo hacer más gestos con las manos que van muy bien, porque según los últimos estudios que hemos realizado, precisamente los hablantes que usan gestos entre moderados o bastantes al hablar son percibidos como más efectivos y más creíbles; así que no pasa nada por el hecho de que utilicemos más gestos con las manos al hablar para reforzar ese mensaje que tiene una pequeña deficiencia vocal, como ocurre cuando usamos una mascarilla, que de alguna manera, recorta una parte importantísima de nuestra expresividad.
¿Qué le hizo interesarse por el mundo de la comunicación y, más concretamente, por la voz y por la radio?
Pues porque en mi casa la radio siempre se escuchó toda la vida; de hecho, en mi casa hay una radio en cada habitación y desde pequeña escuché desde que te levantas hasta que te acuestas la radio puesta. Así que yo lo tuve muy claro cuando quise estudiar periodismo; bueno, por lo que quería estudiar periodismo era por la radio, si hubiese existido una carrera que se hubiera llamado radio yo hubiese estudiado radio; pero antiguamente la carrera que daba lugar a poder trabajar en la radio era periodismo, no existía todavía ni comunicación audiovisual ni publicidad ni estas cosas; y entonces, yo dije, quiero estudiar periodismo, pero solo por la radio, el resto me daba igual. La TV también me atrae bastante, y también he hecho tele, pero era sobretodo por la radio. Y muy pronto en la carrera yo empecé a trabajar en la radio, en la antigua Antena3 Radio, y entonces ahí es donde descubrí algo que para mí fue toda una revelación y que es que de repente mi voz le gustaba a la gente. Después me fui a Madrid, trabajé también en la Ser y tuve también esa experiencia, que cada vez que había un urgente, algo que leer en antena, Emma iba a antena; alguna cosa improvisada, pues Emma a antena; y la gente me seguía y me decían qué buena voz tienes. Entonces yo quise saber más, en ese momento ya compaginaba, daba clases de radio en la universidad y trabajaba en la radio y me dije, “yo quiero saber porqué a la gente le gusta mi voz, ¿de dónde viene eso?, ¿qué tiene mi voz que no tenga cualquier otra?” Así, cuando tuve que hacer el doctorado en comunicación, me dije, “¿qué tema quiero investigar?, pues la voz en la radio”; no hubo ninguna duda, y así es como hice la tesis doctoral sobre la voz en la radio, donde medimos precisamente cuál era la voz de radio “radiogénica”, que así la llamé; que es la voz que resulta más agradable en la radio. Hicimos un estudio sobre ello, aplicado en este caso a las noticias, y los resultados están contemplados en mi libro “locución radiofónica” que salió después, y ahí está un poco toda la tesis. Bueno, esa es un poco la historia de la voz en la radio. Después he seguido trabajando con la voz, pero esa fue la inquietud inicial.
A la mayoría de nosotros nos ha ocurrido que nos encanta la voz de una persona y, al conocerla físicamente, su apariencia no se correspondía con nuestras expectativas forjadas. También a la inversa, alguien nos parece físicamente atractivo y al oírle hablar la atracción desaparece. ¿Le ha ocurrido alguna vez esto a usted? ¿Por qué nos pasa?
“Si la voz del locutor te enamora, no te pases por la emisora”; esta es la frase que siempre decíamos en la radio; y que es así realmente, porque el hecho de que tú tengas una determinada voz no significa que seas guapo o feo; no tiene nada que ver el atractivo físico con la voz, aunque en algunos casos coincida, en otros puede que no. Lo que sí es muy interesante y sí que hemos investigado es la adscripción que la gente hace del atractivo de la voz con un determinado físico. Es decir, que cuando una persona escucha una voz resonante, grave, con energía suficiente etc. tiende a imaginar a alguien atractivo, guapo, con el pelo moreno, alto, con una complexión fuerte, incluso a veces nos decían con la tez un poquito morena, atlético… Esto es lo que la gente se imagina normalmente al oir una voz resonante y grave; y esto es totalmente independiente del físico real que tenga la persona, no tiene nada que ver; pero sí sabemos que la gente adscribe estas características y siempre se produce de la misma manera. También tenemos un estudio al contrario del anterior; cuando uno escucha una voz más aguda, más débil, pues se imagina a alguien rubio, pequeñito, delgado, con la tez blanca, ojos azules; todo lo contrario a lo anterior; insisto que puede no tener nada que ver con la realidad, pero al final esto es lo que adscribimos. Y es fácil de entender si entendemos un poquito de sonido; cuando tú escuchas un objeto grande caer el sonido es estruendoso y muy grave, y eso te hace entender que lo que cayó es grande. En este sentido es un poco lo mismo. En cambio, si lo que tú escuchas es un sonido agudo, lejano, con poca intensidad, tú te imaginas una cosa pequeñita. Pues esto es un poco lo mismo: cuando tú oyes una voz atronadora de un locutor con voz grave y profunda, te imaginas a alguien grande y le adscribes ese atractivo. Así que esto es lo que hay, pero insisto (risas) “si la voz del locutor te enamora, no te pases por la emisora no siendo que te lleves un chasco importante…”
¿Qué tipo de voz es su favorita y qué tipo de voz no soporta?
Tipo de voz favorita: una voz grave, yo siempre he puesto como ejemplo a Constantino Romero, que ya nos dejó, porque quizá ese es el tipo o modelo de voz que más atrae a la gente. Nosotros hemos hecho estudios en audiolibros, en noticias, en publicidad, es decir, en muchos ámbitos y el resultado es siempre el mismo, la voz del narrador, la voz bonita es, para que nos hagamos una idea, la de Constantino Romero, es decir, una voz resonante, grave etc…
El tipo de voz que no soporto es el tipo de voz chillona, un poco como le pasa a todo el mundo. Las voces chillonas molestan mucho al oído. Y, también, cualquier tipo de voz que tenga alguna patología vocal, por ejemplo, una voz nasal; las voces nasales no gustan mucho, hay muchos políticos que tienen algún tipo de nasalidad, por ejemplo, Montoro, que es un político que ya no está muy en activo y podemos meternos un poco con él (risas). Este tipo de voz, entre aguda y nasal, es la que no suele gustar. Montoro fue un político que intentó trabajar su voz, e hizo algunos avances, es decir, antes incluso era peor, pero todavía le queda largo camino por recorrer.